Visados y permisos de residencia en España

13 February 2020

Los requisitos para trasladarse a España son muy diferentes según se trate de un ciudadano de un país de la Unión Europea o no.

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Inmigrar a un país nuevo normalmente no es un proceso simple, y las cosas se vuelven aún más complicadas cuando tienes un negocio del que preocuparte. Dependiendo de sus circunstancias y del tipo de actividad empresarial que desee llevar a cabo en el país, el proceso de obtención de un permiso de residencia, permiso de trabajo o visado para España variará. 

En primer lugar, los requisitos para trasladarse a España son muy diferentes dependiendo de si es ciudadano de un país de la Unión Europea o no. 

Cómo inmigrar a España desde países de la UE y de fuera de la UE 

Para los ciudadanos de la UE que desean inmigrar a España, este proceso es mucho más fácil. Con pocas excepciones, no es necesario solicitar un visado para entrar en el país, ni tampoco un permiso de trabajo para trabajar legalmente en España.  A su llegada, tendrá que solicitar su tarjeta de residencia (NIE: Número de Identidad de Extranjero) en un plazo de 30 días, y que normalmente tendrá que ser renovada cada año a menos que consiga una residencia de mayor duración. 

Los ciudadanos no comunitarios tendrán que solicitar un visado en su país de origen antes de trasladarse.  Hay varios tipos diferentes de visados que pueden utilizarse para este fin, cada uno con diferentes requisitos.  Un abogado o gestor con experiencia en las leyes de inmigración de España puede asegurarle la elección del visado correcto y ayudarle a poner en orden toda la documentación y el papeleo necesarios. 

Las leyes de inmigración de España para los propietarios de negocios 

Muchos empresarios que buscan iniciar operaciones en España serán buenos candidatos para el llamado "visado de inversión".  Una vez que su negocio se establezca en el país, si necesita trasladar a algún empleado, un "visado de empresa" puede ser la forma más sencilla de introducir a su gente en el país con permisos de trabajo.  Además, los permisos de residencia en España deberán extenderse a cualquier miembro de la familia que también se vaya a mudar. 

Los requisitos para el visado de inversión para España son bastante extensos, por lo que este es definitivamente un caso en el que un abogado que está familiarizado con las leyes de inmigración españolas y tiene experiencia en la expatriación para los propietarios de negocios será recomendable.  Por ejemplo, necesitará un plan de negocios detallado que explique cómo su nuevo negocio en España beneficiará al país, cuánto capital se invertirá en montar el negocio y cuántos puestos de trabajo se espera crear. 

Tenga en cuenta que aunque emplee los servicios de un bufete de abogados, debe presentarse en persona en su consulado o embajada española local para solicitar el visado. 

Los permisos de residencia en España para los propietarios de bienes raíces e inversores

Si parte de su plan de negocios implica una compra de bienes raíces considerable, puede ser candidato a un "visado dorado", también conocido como visado de propiedad para España.  La ventaja de este visado es que los requisitos de documentación son menos complicados que los de un visado de inversor, pero aún así, este visado no es alcanzable por la mayoría de los propietarios de negocios.  Recientemente, el valor mínimo de la propiedad adquirida se incrementó de 160.000 a 500.000 euros. 

Según el tipo de visado que solicite y la naturaleza de su negocio, puede ser elegible para la residencia rápida según las leyes que han sido aprobadas desde que se puso en marcha la reforma de la inmigración en España.  La mejor manera de agilizar todo el proceso de solicitud de visados, permisos de trabajo y permisos de residencia en España es buscar la ayuda de un abogado que conozca las complejidades de las leyes de inmigración de España y todo el papeleo y los trámites asociados.  Un paso en falso podría hacer que usted y su negocio retrocedan meses mientras se esfuerzan por reiniciar el proceso, por lo que vale la pena garantizar que se haga bien la primera vez.